<
Prepárate para
marcar la diferencia
Como padre, lo que haces y dices tiene un impacto inmenso en la actitud de tu hijo hacia el vapeo. Estos consejos ayudarán a guiar una conversación productiva y continua.
El daño causado por el vapeo puede ser peor de lo que piensas. Consigue la información de fuentes confiables y con base científica como esta página, para que puedas comunicarle la verdad a tu niño o adolescente.
Antes de decirle lo que piensas, abre sus oídos y la mente para escuchar lo que tu hijo o hija quiere decir. Trata de comprender su punto de vista y las razones por las que su hijo vapea o por qué tiene el deseo de intentar vapear.
Una de las mejores cosas que puedes hacer para ser un buen ejemplo: ¡no fumar, ni vapear! Si fumas, vapeas o usas productos de tabaco, se honesto sobre tu propia experiencia y lucha para dejar de fumar o vapear.
Esta no es una charla de “ya te lo dije y ya lo sabes”. Se recomienda hablar sobre el tema en el transcurso de muchas conversaciones. Después de todo, sus hijos estarán expuestos repetidamente a la tentación de vapear.
Comunica los riesgos, las tácticas que las compañías de cigarrillos electrónicos están utilizando para venderle a los jóvenes. Comunica que el vapeo no es algo con lo que estás de acuerdo debido al daño que causa. Los niños realmente quieren saber la verdad: habla sin prejuicios, pero tampoco les endulces la verdad.
Si bien puede ser difícil no enjuiciar, haz lo posible por mantenerte positivo y apoyar a tu hijo adolescente. Sin embargo, se firme. Establece que vapear NO ESTÁ BIEN y comunica tus expectativas.
“Si pones a los niños en riesgo por obtener ganancias, enfrentarás serias consecuencias.”
El atraer a los niños para que consuman productos de vapeo peligrosos y adictivos debe parar. En 2018, presentamos dos demandas en contra de compañías de vapeo y, en cuestión de días, logramos resultados inmediatos que protegieron a los niños.
No hay próximos eventos programados.
Programa de Seguridad sobre el Tabaco del Abogado de la Ciudad de Los Angeles
Los Angeles tiene algunas de las políticas más estrictas de la nación para los minoristas de tabaco, con estrictos estándares y castigos para quienes las infrinjan.